domingo, 31 de octubre de 2010

Ikea

Domingo de lluvia.
Buen día para ir a... Ikea y recordar los tiempos de Suecia.
Fuimos al local de Shim-Misato.



Caperucita de compras:






Comimos skötbullar:





Y volvimos a casa, las alforjas cargadas de felicidad:

viernes, 29 de octubre de 2010

¡Yerba!

Desesperados, cual adictos a la yerba, en este caso, a la yerba mate, buscamos en todos lados. Masaomi nos dio el dato: en el local de té del shopping la vendían. Ahí fuimos, raudos, y la compramos.





¿El precio? ¡Solamente 500 yenes (25 pesos) los 100 gramos!
¿Qué rompimo'?

Cotillón

Un local de cotillón y dulces en el shopping del Lalaport.
Lo recorrimos con Masaomi y Takashi.



Nos enseñaron a jugar al tiki-taka japonés:


jueves, 28 de octubre de 2010

Lluvia

Inclemencias del otoño. La lluvia golpeando en el ventanal. Falta un buen tanguito.

martes, 26 de octubre de 2010

sábado, 23 de octubre de 2010

Argentinos y fotos

A través de la página de la embajada de Argentina encontramos la exposición de un fotógrafo argentino en Shibuya. Fuimos al evento, que se hacía en un bar llamado "The Pink Cow". Después de dos horas de viaje, llegamos pensando que se habría terminado todo, pero ahí estaba la fiesta. Las fotos eran una mera excusa en las paredes del bar.





Y también hubo músca:



Una muestra de rock californiano monocorde:

viernes, 22 de octubre de 2010

Ramen en Shinjuku

Aprovechamos la excursión por la visa y fuimos a conocer Shinjuku, uno de los centros más movidos de Tokio.

Buscábamos un lugar para comer. Estos pescaditos no nos parecieron muy tentadores.


Así que nos decidimos por el ramen. Encontramos un lugar chiquito en una esquina. Típico.


Había una máquina para hacer los pedidos. Ponés la plata, elegís lo que querés y te da unos boletos que le pasás al cocinero. Elaboración a la vista.

El ramen es una comida de origen chino. Se parece mucho a una sopa de cabellitos de ángel, aunque suele traer huevo, cerdo, pescado, etc. Se come con gracia y estilo, tomando los fideos con los palitos y sorbiendo con el mayor ruido posible. Hay que evitar las salpicaduras. Aquí va una demostración:

Excursión por la visa

Llegamos a Japón con una visa que permitía una sola entrada. Entonces tuvimos que hacer el trámite de la visa permanente. Nos llevaron en excursión con dos brasileños y un alemán, todos guiados por un asistente del IPMU. La oficina de migraciones queda del otro lado de Tokio, así que tardamos casi dos horas en llegar.

Primero, tomamos el Tsukuba Express a Tokio.

 
Algunos aprovecharon el viaje para meditar.


Llegamos al centro con sus edificios locos.



El viaje duró dos horas y el trámite, media, a lo sumo. Compramos unas estampillas



y listo el pollo.






¡Misión cumplida!





Visa en mano, volvimos a los laberintos del subte, populosos en la tarde de Tokio.

jueves, 21 de octubre de 2010

Colección natura

Avanza el otoño, como se ve en el camino al trabajo:


Y los animalillos salen a buscar reservas. Cerca del IPMU, en las plantas del parque cercano, encontré estas dos alimañas.

Mantis budista:



Arañita:

lunes, 18 de octubre de 2010

Invitación a un casamiento

El amor es universal. Y la incomprensible costumbre de casarse, también.
Nuestro compañero de trabajo, Masaomi, se casa el 18 de diciembre y nos invitó a la fiesta, que se hará en los jardines del Palacio Imperial.

Seguro que va a ser algo muy interesante para nosotros. ¿Cuántas cosas habrá de distintas? Por ahora sabemos que podremos ir vestidos a la manera occidental (cualquiera sea ella). No tendremos que comprar un kimono y un traje de samurai, pero sí un traje y un vestido...

La tarjeta de invitación no es muy distinta a lo conocido:


En el sobre dice "Folatelli-sama" y "Bersten-sama", una manera formal de dirigirse a alguien.


La tarjeta trae un anuncio especial en la parte de afuera.


Y muchos anuncios misteriosos (para nosotros), en la parte de adentro.

sábado, 16 de octubre de 2010

Fiesta de bienvenida

En octubre hubo muchos recién llegados al asilo y por eso se hizo una fiesta de bienvenida, justo el día en que nosotros llegamos.

Hubo rica comida y entretenimientos. Como esta explicación ilustrada de la selección de la basura para el reciclaje, una tarea que parece requerir un curso de post-grado.  Quien explica es el "consejero" del edificio, Mr. Onuki-san.


Hubo rica comida y también lindas canciones. Cantan el señor consejero y su señora esposa, acompañados en piano por la vecina del departamento 441 (el de arriba de nosotros), una rusa muy simpática:


Y la cosa explotó con un samba bailado por dos parejas de brasileños (los segundos, nuestros vecinos del 340 y compañeros en el IPMU):


El restaurant de la esquina

Nuestro asilo no está tan aislado. Tenemos dos restaurantes cerca. A uno de ellos, de origen coreano, fuimos justo después de mudarnos. Degustamos un asado en miniatura:


¡Muy rico!

¡Casa nueva!

Por fin llegó el día de la mudanza.
Un gran progreso: pasamos del hotel al asilo de ancianos.
Lo de "asilo" hace referencia a la onda austera y silenciosa del lugar.

De todas formas, nuestro nuevo hogar tiene varias ventajas. El departamento es nuevito y muy moderno, tiene un balcón en el que podemos tomar mate en las mañanas de sol, tiene buena calefacción para el invierno que está viniendo, y tiene ¡inodoro interactivo! (como todos los inodoros en Japón).

En este video se puede ver el depto tal como nos lo entregaron, en el momento en que nos lo entregaron.



El edificio pertenece a la Universidad de Tokyo y se llama International Kashiwa Lodge. Tiene un guardia en la puerta y un administrador que manda hermosos mails todos los días con anuncios, instrucciones, pedidos, etc... La mayoría de los departamentos son, en realidad, habitaciones sin cocina, de 17 metros cuadrados. El nuestro, por ser para una parejita, es de unos generosos ¡48 metros!

Lo mejor es que queda justo en frente del Kashiwa-no-ha Park, y a 10 minutos a pie del IPMU.

Ya tenemos nuestras mascotas en el balcón:


miércoles, 13 de octubre de 2010

Las mil formas del tofu

Después de un seminario muy charlado con los supernoveros fuimos invitados a cenar en un restaurant muy particular del shopping Lalaport de Kashiwa-no-ha. Nos anunciaron que comeríamos tofu. Debo reconocer que la idea no me entusiasmó.

Sin embargo, acá se puede apreciar cómo lo disfrutamos. El restaurant era especializado en tofu. Todos los platos eran a base de este derivado de la soja, que puede ser tan aburrido (ahora lo sé) si no se usa con la creatividad que acá se muestra. Lo mejor fue que la cena consistió en 10 platos distintos, que fueron servidos en un orden establecido.

Un recorrido gastronómico.

La mesa estaba puesta y nos alegramos con el estilo japonés


El menú de la cena, que guardamos como recuerdo


Primeros platos



¡Más!




Chupetines de tofu (éste no era tan rico)


Noten el exprimidor para rodajas de limón



Con sopa


Me olvidé de sacarle una foto al postre: ¡helado de tofu!

Al final, todos felices.