Ciencia y flores

El predio de nuestro instituto, adornado por la luz del sol, las flores, los pensamientos. Un otoño florido.

La luz:

Y el pensamiento:

Quién va a escuchar tu remera...

En el comedor del IPMU, encontramos una remera muy decidora:

Por Andy Warhol, que en paz descanse...

Flores

Nuestra terraza, abundante en vida, plena de colores y aromas de la naturaleza. Gracias a los antiguos inquilinos, de los que heredamos el jardín, con herramientas y sistema de riego automático incluidos.
Saqué tantas fotos en esos metros cuadrados, de tan variadas flores, hojas y hasta una mariposa, que tuve que armar un álbum con la selección.

Ésta es una muestra:

Y éste es el enlace al álbum.

El sueño del pibe

Un local muy chiquito de cámaras viejas. Como entrar a la juguetería. Fotos con la ñata contra el vidrio.

Nota: El cambio está a 80 yenes por dólar. Hagan las cuentas.

Templo Senso-ji

Una vuelta por el templo de Asakusa, el Senso-ji, de tarde. Algunas imágenes.

Los que venden las tablillas:

Los inciensos:

Símbolos de importante orientación:

El frente del templo, la gente y los adornos:

Colegiales que visitan el templo:

Y libros:

Por la paz

En las calles me encuentro con una demostración que supongo que es por la paz. Portando la bandera de colores que dice "pace" y con grullas de origami, marchaban menos de cien personas por la avenida principal, precedidos por un patrullero y una camionetita de la paz. No entendí mucho de qué se trataba todo, pero estuve completamente de acuerdo con lo manifestado.

Qué se vende

Los negocios del barrio, es decir Asakusa, ofrecen productos variados y coloridos, como el barrio mismo.
Mostramos algunos aquí, pequeños locales, mostradores a la calle, comida, dulces, ropa...

¡Difícil no tentarse y no llevarse tanta delicia y color!

Toques cotidianos

Dando vueltas por el barrio, las notas de color.

1) Taxi de color:

2) Un linyera:

3) Un hilera de carretillas puestas a dormir:

Bares

Asakusa, barrio de bares. Bares populares, con asientos de cajón de cervezas y mesas con caballetes. Un poco aholliwoodizado en la actualidad porque parece ser cool poner mobiliario rasca. Igual queda un ambiente atractivo. Veamos:

Se aclara lo que ya está claro y lo que nadie exige. Pero se piden disculpas de todas maneras. Perdón y gracias...

Presentaciones

Investigadores nuevos en nuestra alta casa. Se presentaron al resto y explicaron a qué se dedican. Nombres raros y crisol de razas... Matemáticas, físicas y astronomías:

¡Dark energy....!

Comida ¿sana?

Esta obra de arte es del comedor del institushon. Difícil reconocer todos los ingredientes, pero está tentador el menú de este mediodía:

Se puede ver: salchicha, huevo revuelto, pollo, ¿queso?, brócoli, papas fritas, hamburguesa...!!

Se demuestra que lo sano también puede ser rico.

Auspicia... ¿o recibe donaciones?:

Karaokeando

De vuelta del paseo por el parque, llegamos al barrio de la infancia (la segunda) y escuchamos una extraña música que salía de un local cercano a casa. El local era un pícolo bar, uno de esos que por aquí abundan. Era domingo a las seis de la tarde, una hora que no se nos ocurría adecuada para la fiesta. Nos dio curiosidad.

Asomamos la nariz para investigar el origen de la música y, antes de que pudiéramos reaccionar, éramos arrastrados hacia el interior por unas manos que gritaban "¡gaijin, gaijin!" (¡extranjeros!). No se trataba de caníbales sino de unos simpáticos parroquianos practicando el karaoke, y el consumo de bebidas etílicas. Unos señores de avanzada edad eran los clientes del local y una elegante señora también entrada en años era quien atendía la barra. El más parecido a Frank Sinatra, micrófono en mano, demostraba claramente el límite de ese parecido. Él era quien nos había atraído con sus cantos de sirena. Dudamos de haber cruzado la puerta de un bar ó un portal hacia otra realidad.

Conversamos todo lo que se pudo con las cuatro palabras que nuestras mutuamente lejanas lenguas nos dejaban comprender. Insistieron los señores en que usáramos el sistema electrónico de video-karaoke para enseñarles alguna canción de nuestra tierra. Quisieron convencernos de dejar la vergüenza de lado convidándonos de sus bebidas. La lista de canciones disponibles, larguísima, no contenía tangos ni chacareras. Recurrimos a lo universal: un temprano éxito de los bitles fue oportunamente demolido.

¡Saludos, amigos!

Maradó

Por lo general, al decir que uno es de Argentina (aru-sen-chín), se escucha como respuesta un alegre "¡Meshi, Meshi!", por el astro del balompié. Pero todos sabemos que hace unos años quién nos identificaba en el mundo con el deporte de la pelotita, era este otro señor:

Pues, parece que su vigencia no ha terminado. Hasta cafés alusivos se hacen siguiendo sus dichos:

Jardín ponja

Una joya en Tokio: el Shinjuku Gyoen, o jardín imperial japonés. Es un parque bastante grande, uno más de los muchos y lindos que hay por la ciudad. Pasamos un lindo domingo de sol, en el comienzo del otoño.
Recorrimos los distintos sectores del parque, con sus bosques, prados, lagos y más bellezas.

Construcciones de madera, antiguas.

El rosedal.

Y otros frutos.

Un lugar de esparcimiento para grandes y chicos, para la familia japonesa, y también para el piberío. ¡A divertirse muchachos, tortolitos! Y gracias por posar espontáneamente para lo foto.