Parques de Tokio

Los parques de Tokio, de todos los tamaños, son ¡ay! la maravilla del paseante. El aire se abre de los duros edificios y los colores del otoño nos dan de lleno en la cara.
Aquí se ven unas postales de los paseos por los parques Shinjuku Gyoen y Koishikawa Korakuen y los jardines del Palacio Imperial.

La totalidad de las fotos se puede ver en mi güeb.

Kamiokande

Un placer haber sido invitados a conocer uno de los experimentos de física y astrofísica más grosos del globo: el Kamiokande. Ubicado en una vieja mina de los "alpes" japoneses, a varios kilómetros dentro de la montaña, se encuentran varios detectores de partículas subatómicas, uno más loco que el otro. La joya del  lugar, el súper-Kamiokande, es un detector de neutrinos que consta de un tanque con 50 mil metros cúbicos de agua purificada, rodeado de miles de detectores de luz.

Fuimos con Omar y Takashi, pasando en el camino por un pueblo tradicional japonés cerca de la ciudad de Takayama. Es bello todo.

Acá van muestras del Kamiokande. Y en mi güéb, el album con todo el paseo.

El invento japonés

Tengo las pruebas de que el colectivo es un invento japonés. Dejémonos de mitos infundados. Dejemos de lado las patrañas del dulce de leche, la salsa golf, la birome, el morcipán.

En este cartel de propaganda (de qué, no sé) que encontré en el tren de Tokio, se pueden ver los colectivos japoneses.

Quizás hayamos inventado la "Guía-T", pero ¡vamos!, jamás algo tan sofisticado como el colectivo 1 de Primera Junta a Morón. No tenemos la tecnología de base.

¡O toro!

¡Torito, toro!

El corte graso del atún, esencia del buen sushi, lleva el nombre de "toro", también "o-toro" o "chuo-toro". Cuanto más rosa su color, más tierno es y más se deshace en la boca del que lo posea para su consumo.

Luego de probar un simple corte de toro, sin ningún agregado ni condimento, lo demás queda en el olvido, todo el resto de las comidas se vuelve vulgar y uno se transporta a otro plano de existencia. 

Es raro decirlo, y es mucho también, pero no le compite ni un jugoso medallón de lomo asado, de esos que se comen como un alfajor. La sabiduría, se sabe, es milenaria y está en Japón.

El chuo-toro en acción:

Y acompañado de camaroncillos bebés:

¡Es el torito enamorado de la luna...!

Levantaron los molinetes

Llego a la estación del subte rumbo al yugo y ¡veo que levantaron los molinetes!

Lástima que se tratara de una revisión de rutina. Tuve que pagar igual pero pude conocer el misterio del interior de la máquina.

Sólo eso.

Shabu-shabu

Por fin probó el ponja la especialidad del shabu-shabu. Se trata de fetas de carne con grasa entremezclada que se pasan por una sopita, se untan en salsa y se mandan al buche. Uno mismo se prepara todo, como es usual por estas tierras. Es rico, es raro, es llenador.
Fuimos con los compas del IPMU y con Omar.

Acá se puede ver todo. Los preparativos.

Las salsas:

El proceso:

Y el postre helado, decorado:

"¡Qué vuelvas pronto!" (¿Qué?)

Un café españolado en Tokio, de cuyo nombre no quiero acordarme. Muy bien puesto y muy graciosa la pared con mensajes misteriosos.

No muy rico el café ni el chocolate. Sólo churros para comer y nada más.

Y, por ahí cerca, un puesto de tortas en miniatura:

Shinjuku

De vuelta en el populoso barrio de Shinjuku.
En este paseo vemos mucha gente en la estación

y gente bien vestida.

Y fuera de la estación, bellos edificios y los ginkgos amarillos de otoño.

Mundial de Voley

Mundial de Voley en Tokio y ¡juega Argentina!
No teníamos ni idea, pero una amiga nos invitó a acompañarla. Éramos pocos, pero muy entusiastas (algunos más que otros).

Argentina - China, con victoria de Argentina, 3 a 0, por un puesto intermedio en la tabla de posiciones. El último partido de nuestro equipo y una buena despedida. La crónica en imágenes.

El estadio:

La previa:

Los himnos:

El partido:

La victoria:

Y la estrella, De Cecco, que firma autógrafos:

Automovilismo

Pasamos otra vez por el local de Nissan a ver qué había de raro esta vez. Un modelo eléctrico era la atracción, no tan loco como el de la vez pasada, pero interesante. Aquí está enchufado:

De vuelta a casa, ¡qué gracioso!, encontramos este modelito un poco más tradicional. ¡Una cinquecento!:

El contraste que da el avance tecnológico, qué loco.

Y para mayor gracia, hace poquito pasé por un local de modelismo y adquirí una simpática miniatura a control remoto, igualita a la que estaba estacionada cerca de casa. Belleza y diversión:

Il Capo

Una nueva visita, un lujo tener entre nosotros a Omar. Fue un par de semanas con lo mejor que las supernovas y los sistemas binarios pueden dar. Y también fue la ocasión para pasear y disfrutar la comida japonesa.

Dos capos en acción:

Terraza al cielo

A la tarde, el sol que baja le da más color a nuestras flores.

Y mientras nos dice chau, se pone a jugar con las nubes.

De lo general a lo particular.