domingo, 15 de julio de 2012

Siga el baile

Bicicleteando inocentemente por Ginza, nuestro ponja encuentra otra sorpresa más de la cultura del lugar.
Un estruendo persistente lo sobresalta, quizás la llegada de las huestes enemigas, quizás la retirada de una cumparsa, quizás el paso de una columna peronista. El ponja avanza con precaución y susto. Al doblar en la avenida ve el alegre espectáculo montado sobre un camión. Ponja se une a un público improvisado y unánimemente sorprendido. Y escucha:


Con gran despliegue físico, las percusionistas han brindado su arte.


Mientras se apaga el rumor de los tambores, se procede al retiro ordenado de los presentes:



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