domingo, 26 de junio de 2011

Asilo, mate y sorpresa

Es domingo y es día de paseo. Vestidos de domingo, cámara y guía en mano, salimos del asilo. Pero sólo llegamos hasta el estacionamiento de las bicis. La lluvia nos detuvo. Tal fue siempre nuestro espíritu de aventura.
Para no enmohecernos en casa, decidimos hacer uso de la sala común del "lodge".


Llevamos el mate y los libros.  Al ratito apareció uno. Nos miró y vino a hablarnos, in inglish, claro está. "¿Qué es eso?" (por el mate). Le dijimos: "una especie de té suramericano...", (nota: esta traducción usa los nuevos términos adoptados por quienes impulsamos la integración regional). "¿De dónde son ustedes?", continuó preguntado. "Aryentina". La respuesta no tardó: "¡Ah, boludo, yo también...!" (nota: esto ya no es una traducción sino una reproducción literal, y pedimos disculpas por el vocabulario vulgar).

El uno resultó ser un sorpresivo porteño. No sabíamos que había otro argentino en el asilo. Y por la pinta, jamás lo hubieramos pensado:


El uno se llama Alberto, es de villurca, estudia un postgrado en Tokio y tiene papás ponjas.

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