miércoles, 1 de junio de 2011

Delicias

Somos abiertos a los sabores exóticos y a las culturas lejanas. Pero hay ciertos límites. Salimos con amigos a un bar en una modalidad llamada "izakaya", donde se paga una cantidad fija por persona para comer y tomar todo lo que uno quiera (y pueda...) en un término de tiempo pre-establecido.
La mitad de los platos entraba en la categoría de lo conocido y de lo comestible. Algunos causaban impresión, como este rico caracol, de entrada:


Y otros, lamentablemente, no pudimos degustarlos, como unos delicados cartílagos de pollo apanados, o este sutil plato de cabezas de pescado:

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