Antes de entrar al salón, escribimos nuestros nombres en una lista y recibimos una bolsita con caramelos.
En un momento de la fiesta los novios reentraron al salón, él con un súper-magiclick y ella con vestido nuevo y un ramo de flores; y fueron mesa por mesa encendiendo las velas que en cada una estaban.
En medio del festejo se produjo este encuentro que quedó registrado en la cámara y que llevó el típico intercambio de tarjetas personales (ver la lección de Hajimemashite en nuestra primera clase de japonés).
Al terminar la fiesta cada uno recibió una bolsa ¡con regalos! A Melina le dieron una flores. Curiosos, fuimos abriendo los regalitos en el tren de vuelta a casa. Era muy raro, los paquetes estaban muy primorosamente empaquetados con telas y papeles de colores. Acá se pueden ver, algunos abiertos:
Sí, toallas, dos vasos de cerámica (en la caja envuelta en azul), té, café y azúcar, masas redonditas y arrolladas, ¡una cajita con arroz preparado!, ¡una tarta dulce con forma de pescado! ¡Una maravilla!
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