Nos quedamos prisioneros a gusto en la playa de Ton Sai. Cómodamente alojados en nuestra casita de playa.
Recorrimos las otras playas cercanas, todas lindas y flanqueadas de acantilados.
Comimos al paso en el bote-comedor.
Hasta esta roca loca nadamos y le dimos toda la vuelta, viendo pescaditos y raras cuevas.
También visitamos la "cueva de diamante", con sus formaciones, estalactitas y sedimentos brillantes, muy raros.
Después de la caída del sol, jugamos con fuego:
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