Para entrar a los templos hay que ir vestidos decentemente. Eso significa, pantalones o pollera largos, nada ajustado ni con transparencias, y los hombros cubiertos. Por suerte, a diferencia de las iglesias italianas, acá se podía pedir prestada ropa adecuada, con resultados usualmente muy graciosos. Yo creo que Melina fue muy afortunada con su pollera india:
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