sábado, 5 de febrero de 2011

Don Mateo

Sin saber qué me depararía contratar los servicios de un peluquero con el que no podría comunicarme, pero con el deber de que mis pelambres no llegaran al suelo, tomé una drástica decisión: dejarme llevar por el destino. Me entregué, pensando que me harían el típico corte de rata, de dos centímetros de largo, que hace todo peluquero sin importar qué le pida uno. Esperaba la pregunta del final:  "¿lo quiere así o más largo?"

En definitiva el proceso contó con los mismos pasos de lavado corte y secado de cualquier lugar, pero por supuesto, tuvo el toque teatral japonés, la profusión de toallas, de tijeras de variados estilos y un despliegue coreográfico del peluquero y su asistente. Lástima que por falta de pila, Melina no pudo filmar todo el espectáculo. Sólo tenemos unas fotos:




Y el corte fue el mejor que me hicieron en años (claro que no me corto el pelo muy seguido).

6 comentarios:

  1. pero falta lo mejor!!! como quedaste?!?!? foto foto!!!

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  2. te veo muy lindo!!! La próxima vayan preparados y filmen!! También podés probar los tratamientos faciales!!

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  3. Hola Gastón,
    ¿Cómo están? Le escribi a Melina, pero no tengo noticias y lo que leo no es muy claro sobre como está Tokio despues del terremoto.
    Abrazos,
    Marcelo Miller

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  4. Marcelo, ¡estamos bien! Creo que Melina ya te escribió. Tuviste suerte de perdértelo por poco. ¡Saludos!

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  5. Bueno, para Liza y mamá, digamos que el peluquero tampoco puede hacer milagros...

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  6. ya estaba bueno que te mandaran a trasquilar xD
    supe por facebook q estan en Hiroshima, me alegra q estén bien
    abrazos

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