A unas pocas cuadras del hotel en Kashiwa hay un cementerio. Lo encontramos de casualidad.
Tumbas por aquí, tumbas por allá, tumbas, tumbas, ahhhhh....!
Entramos con curiosidad y miedo. Las tumbas son casi todas de granito o mármol negro, de base cuadrada. Creo que son mini-panteones familiares. Se les deja incienso, flores y, en algunas, estatuitas y tablas de madera escritas.
Esto estaba a la entrada:
En ésta había un yogur y unas latitas
Parece que todos felices iremos navegando al más allá:
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