Cerca de Hiroshima, una de las tantas islas de la zona, Miyajima, guarda un tesoro: el santuario de Itsukushima. La forma de atravesar su puerta cambia con la marea.
Los ciervos de la isla tienen hambre. Para comer nuestro sushi, tuvimos que treparnos a un farolito.
Otros ciervos parece que supieran leer y van directo a "here is a restaurant".
En la cima de la isla, ¿un mirador o un refugio de la segunda guerra?
¡Que hermoso que es ese lugar! Y el mirador es buenísimo, es uno de los centros turisticos mas importantes del Japón y el puestito parece sacado de un pueblo perdido de la Patagonia (e.g. Río Pico).
ResponderBorrarsaludos,
Marcelo