Avanzado el otoño, los ginkgos de Tokio nos siguen iluminando el camino. Su amarillo va alfombrando la ciudad.
Todo queda adornado con su color:
Un mar de hojitas en todos los rincones de la ciudad. Con este fortacho, para papá:
Todos sacamos las fotitos:
que maravilla!!!
ResponderBorrarbello bello
la foto del auto bajo el arbol me encantó!!
ResponderBorrarMaravilla amarilla!
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