Un año más

En el día del cumpleaños del ponja, lo lindo del día viene también con comida.
Un desayuno especial, occidental:

Un sushi del mejor:

Ciclos de la vida urbana

La ciudad se renueva. Y el edificio de enfrente de nuestra ventana resolvió renovarse justo el día siguiente a nuestra mudanza. Todos los días siguientes, a las 8 de la mañana, nos encontrábamos con esto:

Así terminó la cosa, un mes después:

El plan de obra, pegado en la vallas, da una noticia que alivia, como todos podemos leer.

Se trata de la construcción de un edificio de 8 pisos y 24 metros de alto. No más alto que nuestra sagrada terraza.
Y la ciudad se sigue reciclando.

La pecera

¡La diversión ha llegado a la plaza Fujiwara del IPMU!
Bueno, la diversión como la puede entender un muchacho de las ciencias.

Un pez de interiores...

Barbijo

¿Se acuerda, señora, de la moda del barbijo, aquel invierno? Bueno, aquí es ya una tradición cultural. Las secretarias del IPMU me vieron resfriado y gentilmente me regalaron una bolsita de barbijos para que use.

Es difícil acostumbrarse. Y no asustarse al verse en un espejo.

Caños

Un curioso galpón, lleno de caños, abierto a la calle. Todos materiales. Todos grosores.

¿A dónde irán tantos caños? ¿Qué fluidos esperan transportar?

Pequeñas postales

Cotidaneidad y arquitectura del barrio este de Tokio. Algunos intereses de la lente.

¿Un edificio inspirado en nuestra Biblioteca Nacional? Hermoso y digno de un ministerio:

Y un funcionario en pleno descanso:

¡La siesta merecida!

Puente sobre el Sinagawa

Nuestro río, el Sinagawa, cercano a casa, es antiguo medio de transporte y actual atractivo turístico.

Con curiosos edificios:

Y un puente azul:

En estas fiestas...

Después de un breve hiatus, vuelve al ponja a mostrarse aquí. Hay mucho material acumulado, de casi dos meses atrás, pero dada la fecha, el ponja manda saludos y unas postales del particular acercamiento local a la Navidad. Un sincretismo religioso y comercial que agrega color al invierno de Tokio.

Aquí las imágenes.

Papanueles deportivos:

Papanuél celeste, para unicef:

Y la fascinación de los ponjas por el arbolito. Todo arbolito en las calles es objeto de atracción y de fotografías:

Ciencia y flores

El predio de nuestro instituto, adornado por la luz del sol, las flores, los pensamientos. Un otoño florido.

La luz:

Y el pensamiento:

Quién va a escuchar tu remera...

En el comedor del IPMU, encontramos una remera muy decidora:

Por Andy Warhol, que en paz descanse...

Flores

Nuestra terraza, abundante en vida, plena de colores y aromas de la naturaleza. Gracias a los antiguos inquilinos, de los que heredamos el jardín, con herramientas y sistema de riego automático incluidos.
Saqué tantas fotos en esos metros cuadrados, de tan variadas flores, hojas y hasta una mariposa, que tuve que armar un álbum con la selección.

Ésta es una muestra:

Y éste es el enlace al álbum.

El sueño del pibe

Un local muy chiquito de cámaras viejas. Como entrar a la juguetería. Fotos con la ñata contra el vidrio.

Nota: El cambio está a 80 yenes por dólar. Hagan las cuentas.

Templo Senso-ji

Una vuelta por el templo de Asakusa, el Senso-ji, de tarde. Algunas imágenes.

Los que venden las tablillas:

Los inciensos:

Símbolos de importante orientación:

El frente del templo, la gente y los adornos:

Colegiales que visitan el templo:

Y libros:

Por la paz

En las calles me encuentro con una demostración que supongo que es por la paz. Portando la bandera de colores que dice "pace" y con grullas de origami, marchaban menos de cien personas por la avenida principal, precedidos por un patrullero y una camionetita de la paz. No entendí mucho de qué se trataba todo, pero estuve completamente de acuerdo con lo manifestado.

Qué se vende

Los negocios del barrio, es decir Asakusa, ofrecen productos variados y coloridos, como el barrio mismo.
Mostramos algunos aquí, pequeños locales, mostradores a la calle, comida, dulces, ropa...

¡Difícil no tentarse y no llevarse tanta delicia y color!